
EL RECICLADO DEL COMANDANTE ANDRESITO
31.08.2013 16:50 CORRIENTES
Arturo Zamudio Barrios
Tras cruzar unos veinte kilómetros hacia el Oriente, desde donde un amigo del Fauno de La Rioja se trajo marines yanquis para cazar mosquitos, un puñado de artistas, en estos instantes, con fierro reciclado y otros elementos, se dispone a fabricar la estatua del Comandante Andresito. Y la costumbre de oponer con el arte el mensaje contrario de lo que otros proponen, vuelve a instalarse en estas latitudes; la primera vez fue cuando, también con material de descarte, se alzó el Quijote, cuya venida desde España fue más que simbólica. Pues el Viejo Mundo, con jubilados escarbando en la basura y jóvenes otra vez en fuga (los jóvenes son la tercera parte del paro español), se encuentra cada vez más viejo, mientras aquel Nuevo en el que creían tanto Francia y Artigas como San Martín y Bilbao, se empeña cada vez más en mostrar la cara posible de un orbe diferente.
En otros términos, el Quijote es nuestro, tan americano del Sur como el Comandante indio cuya trascendencia sobrepasa el simple enfrentamiento con los agresores portugueses de la legendaria Confederación Oriental del Paraná. Podemos, por supuesto, realzar cinematográficamente esa habilidad misionera para golpear al enemigo e internarse, luego, entre albardones y lagunas, desorientando a combatientes armados rígidamente en torno a sus manuales. Podemos pensar en esa parte de su trayectoria, o en la astucia con la que abate a los complotados con Buenos Aires, aliados naturales del invasor portugués. Pero estaríamos no viendo aquello que, en nuestros días, implica leer el pasado alrededor de Andresito Artigas, cuya estatua pergeñan escultores en la Plaza de los Dos Cabrales.
Porque toda lectura de éste supone vínculos con alguna cosa que en el presente urge, así como las Repúblicas Italianas del 900 tomaron en cuenta la Polis griega para constituirse. Y he aquí el punto neurálgico al que nos conduce la rememoración del movimiento artiguista que se manifiesta tras la erección del monumento.
Para quienes han aprendido que el orden democrático resulta de la aplicación de un concepto greco-jónico, cuyos beneficiarios eran un grupo de propietarios de esclavos que se disputaban el Poder, a menudo con métodos no muy convencionales, o de su sistematización moderna por Locke y Montesquieu, les será difícil apreciar la exigencia actual en torno a su crisis. ¿Ha existido, en última instancia, un espejo realmente democrático en el cual mirarse, cuando –ya desde comienzos del 2000- se piensa en una democracia directa, sin intermediarios ni clases políticas (o dedicadas a la política, como reza en los medios de incomunicación.?) Porque lo existente es conocido: una Legislatura, cuya elección suele ser ya limitativa, sanciona leyes que a veces se aplican, a veces no, según el criterio que ante ellas esgrima el sesudo Tercer Poder (o Judicial), si el Ejecutivo mismo no declaró antes su invalidez. ¿Esa es, en verdad, la democracia que reclaman las grandes multitudes aquí y allá?
¿Será mera casualidad que Mirabeau, en los días de la Revolución Francesa, inicio según el jurista habitual, de la contemporaneidad democrática, aconsejara al Monarca tomar en cuenta el favor que hacía al Imperio el núcleo de propuestas del jacobinismo revolucionario? Naturalmente, Luis XVI no lo entendió así, y, al morir Mirabeau, persistió en sus desplantes y conspiraciones que concluyeron con su cabeza en manos del verdugo. Pero los tres Poderes de Montesquieu no se han revelado, precisamente, garantías de democracia, y, en nuestros días, resistidos en gran parte del mundo, no podríamos decir que gozan de buena salud.
Mientras tanto… otras formas democráticas han empezado a vislumbrarse en la imaginación de pueblos enteros, y lo decía a su manera José Saramago poco antes de desaparecer: “Ahora… todos somos Chiappas”. No es por eso casual que en tal marco se revalide la figura de Andresito, el héroe máximo de la Confederación India del Norte, en cuyo asiento correntino se procura la instalación del Monumento. Ya no se trata de cambiar las formas imperiales, otorgándole una renovada longevidad, sino de fundar algo distinto, verdaderamente distinto. Y a la pregunta de si el zapatismo intentaba, ya hace veinte años, apoderarse del Poder, el famoso Subcomandante Marcos respondió: “¿El Poder Político..? No, apenas algo más difícil: un mundo nuevo”. Lo que las multitudes de jóvenes y hombres en las calles demandan hoy.
De ahí que el régimen de municipios autónomos en las montañas de México, costosamente defendidos de las fuerzas federales y asistidos por los Acuerdos de San Andrés del 2003, muestren el otro rostro de la democracia indígena, a uno de cuyos exponentes escuché, tiempo atrás en la Legislatura Nacional, delinear los principios de la Confederación del Norte: pueblos federales y libres, representación genuina, municipios autónomos, política de servir y no servirse de…,y mandar, obedeciendo, muy lejos de esa gestión de Gobierno de las Clases Políticas, cuyas líneas estratégicas se esconden en la cabeza de algún gobernante, y casi nadie las conoce. No es casual, pues, el apuro con que, con detritos y reciclados, expresión de pobres en lucha, se alza la nueva estatua en la legendaria plaza de los Dos Cabrales
Pues, lo escribimos alguna vez, hace tiempo: el pasado regresa cuando necesitamos ver el camino en que vamos. Y el Comandante Andresito ha regresado desde allí, para mostrarnos con su sacrificio la senda aún sin abrir, cuyas abras, sin embargo, se divisan ya. Golpe tras golpe han empezado a dibujar su figura, al igual que los Caracoles de la Selva Lacandona.
Contacto
CORRIENTES REPÚBLICA ARGENTINA
Dpto. Publicidad y Organización de Eventos correo:aguapeyexpressnoticias@hotmail.com 0054 379 4756530
Redacción:aguapeyexpressnoticias@hotmail.com