EL VERDADERO WILSON PÉREZ CONTÓ COMO FUÉ LA INFANCIA DE FERNANDO CUEVAS

03.06.2014                        21:50                 CORRIENTES
 

Wilson Pérez era el nombre que llevaba entre sus ropas "Nando" Cuevas cuando, en 2011, fue encontrado moribundo a la altura de Ramada Paso. El enviado del vicegobernador Canteros, quien colaboró con el regreso de Fernando a su Uruguay natal, encontró al verdadero Wilson, amigo de la infancia del Wilson NN que fue salvado por los trabajadores del Hospital Vidal.


Wilson Pérez vivió más de tres años en el hospital Vidal, pero también lo hizo en su ciudad natal de Uruguay, Durazno, a media cuadra de la casa de Cándido y María Luisa, los padres del Wilson NN que finalmente se reencontró con su familia gracias a las redes sociales en una historia que caló hondo en el corazón de los correntinos.

¿Cómo es eso? ¿Otro Wilson? ¿Un alter ego en la Banda Oriental mientras “nuestro” Wilson era salvado por los médicos y enfermeros del Vidal? Sí, aunque cueste creerlo, Wilson Pérez existe y es un amigo de la infancia de Fernando Ever Cuevas, quien allá por 2011 fuera hallado en grave estado de producto de una golpiza en cercanías de Ramada Paso, en la banquina de la Ruta 12.

Marcelo Pucciariello, dirigente de Proyecto Corrientes y colaborador del vicegobernador Gustavo Canteros que transportó a Cándido y María hasta Uruguay, conoció al verdadero Wilson en su casa, situada a media cuadra del domicilio de la familia Cuevas.

Pucciariello y Pérez charlaron en la vereda, brevemente, y en esa conversación se explica en parte por qué “Nando”, al ser encontrado, llevaba un papel con el nombre de Wilson.

En esa misma vereda que conecta a las casas de ambos, cuando niños, Wilson y Fernando andaban en bicicleta, jugaban a ser vaqueros y compartían la misma mesa a la hora de tomar la leche.
“Fernando es un amigo de la infancia de esos que nunca se olvidan, un día decidió comenzar una vida de aventura como mochilero y comenzó a irse por largos períodos. De vez en cuando me llamaba y cada tanto volvía a lo de sus padres para quedarse unos meses. Y de nuevo se iba”, explicó el auténtico Wilson.

De pocas palabras, el Pérez real le confesó a Pucciariello que con el correr de los años no tuvo más que esporádicos contactos con “Nando” y que en esas charlas prefería no ahondar en “los motivos que lo llevaban a irse de Durazno” por tanto tiempo, pero aseguró que “es una buena persona que merece el cariño de su familia y que ahora está en buenas manos”.

El amigo de Fernando es tímido y de pocas palabras. La charla con Pucciariello no duró más de 10 minutos. Wilson se dedica al reparto de gaseosas en Durazno con un camión de su propiedad. Es un comerciante conocido en la zona, reacio a las cámaras y jamás salió en un diario.

De hecho, quien esto escribe sólo pudo tomar tres fotos del verdadero Wilson en diálogo con el delegado del vicegobernador, quien le agradeció la deferencia de haberlo atendido. Pero hasta ahí. Cuando comenzaron las preguntas con tono periodístico se excusó: “Se me hace tarde y tengo que salir de reparto”.

“Wilson Pérez” decía la esquela que los rescatistas que levantaron de la ruta a Fernando Cuevas encontraron entre sus ropas. Y así lo llamaron en el Vidal. Todos creyeron que era una constancia de documento extraviado en Brasil, pero al parecer, sólo era una esquela mutilada que “Nando” guardaba para –en caso de extrañar sus pagos- tomar contacto con su viejo amigo.

Nunca se supo si en aquella esquela encontrada entre las ropas de Fernando allá por 2011 estaba el teléfono del verdadero Wilson. Es probable que haya sido sólo el retazo de algún apunte más completo que, de haber aparecido, hubiera permitido dar con el paradero de la familia Cuevas mucho antes./LaVozdeCorrientes.