EN UN RESTAURANT DE PARÍS, A LOS FEOS LOS MANDAN AL FONDO

30.11.2013              18:00        PARÍS, FRANCIA
 

Dos antiguas camareras de un famoso local de comidas del Museo Nacional de Arte Moderno, le contaron a una revista cómo los dueños ordenaron discriminar a los clientes. Si, pongamos por caso, usted se encuentra de vacaciones en París y está en disposición de gastarse lo que no está escrito en un almuerzo por lo que sea (una noche de amor de las que dejan huella, por ejemplo), se ha levantado con ojeras y "cara de lunes", mejor que deje para otro momento el piscolabis que se había prometido en el restaurante Georges del Centro Pompidou (distrito 4, también conocido como Beaubourg). Es que en Georges, las mesas no se adjudican por orden de llegada sino de acuerdo con el físico de los clientes...

Según el testimonio de unas antiguas camareras del muy chic establecimiento situado en la sexta planta del Museo Nacional de Arte Moderno, el personal ha recibido la consigna de colocar a los clientes "feos" al fondo de la sala y dejar las mesas de delante para los "lindos".

Salvo que el feo sea una estrella del cine, la canción, los negocios o la política: en ese caso, el maitre y su ejército de camareros deben hacer abstracción de sus reglas estéticas y buscarles la mejor mesa, la que mejor se ve al entrar.

En el artículo del Canard Enchainé, titulado "Los guapos delante, los feos detrás", dos ex camareras del restaurante Georges cuentan cómo se "selecciona": los feos "son imperativamente colocados en los rincones, donde se les vea lo menos posible". Por lo visto, a veces es el propio dueño del local, Gilbert Costes, quien acude a echar un vistazo y recuerda la consigna: "repite machaconamente los principios de la casa, de los que se siente muy orgulloso porque es quien lo ha inventado".

Cuando la publicación se dirigió a uno de los responsables del restaurante, no lo desmintió aunque replicó de manera elusiva: "Resulta complicado contestar a eso". Ante las preguntas del diario Le Parisien, que ha retomó la información, la dirección del Grupo Costes se negó a hacer comentarios. Al margen de eso, los especialistas afirman que el Georges no es famoso por su cocina ya que de hecho su menú es bastante "normalito". 

Platos creativos con nombres excéntricos como Mandarina Duck (pato a la naranja) o 'le tigre qui pleure' (el tigre que llora), que dejan buen sabor de boca pero sin llegar a marcar una diferencia. A pesar de esto, afirman que merece la pena pasar una noche en el Georges, aunque sólo sea por conocer uno de los restaurantes con mejores vistas de París, ya que su vista aérea es mejor aún que la de la Torre Eiffel.