
EX-COMISARIO DE ESQUINA FUE PROCESADO POR EL DELITO DE TRATA DE PERSONA
21.12.2013 15:30 ESQUINA
La justicia federal lo vinculó al proceso, al considerar que un prostíbulo, en Esquina, era custodiado por agentes que estaban a su cargo.
La Justicia Federal procesó, sin prisión preventiva, a un comisario de la Policía de Corrientes, señalado como partícipe secundario en el marco de una causa por trata de personas con fines de explotación sexual, en la que se investiga la existencia de un prostíbulo en la ruta 12, en el acceso a la ciudad de Esquina, y que estaba siendo custodiado por agentes de la fuerza provincial.
Se trata de Rodolfo Emilio Alegre, quien actualmente se encuentra al frente de la comisaría de Santa Rosa. La medida fue dispuesta ayer por el juez Juan Carlos Vallejos, titular del Juzgado Federal Nº 2 de Corrientes.
En el fallo al que tuvo acceso NORTE de Corrientes, el magistrado argumentó que llevó al proceso al comisario Alegre porque la whiskería estaba custodiada por personal de la Policía de Corrientes, puntualmente por el cabo Andrés Javier Quintana, quien prestaba allí servicio adicional acreditado por las autoridades de la seccional Primera de Esquina.
Alegre oficiaba como jefe policial responsable de esa dependencia, cuando en mayo pasado efectivos de la Gendarmería Nacional realizaron un allanamiento en el local nocturno -que contaba con habilitación de la Municipalidad de Esquina, desde 2011, para que funcione como whiskería- en el que rescataron a ocho mujeres explotadas sexualmente, tres de ellas extranjeras: dos dominicanas y una brasileña.
El juez federal también dictaminó: “Trabar embargo sobre los bienes personales o dinero que registre Rodolfo Emilio Alegre, hasta cubrir la suma de $20.000” (…) dada la magnitud de los hechos imputados, los que involucran a ocho víctimas con posibles daños psíquicos, físicos y morales”.
Para Vallejos, el comisario Alegre “conoce y participa del dolo de los autores, colaborando con proveer seguridad al lugar, y, en su caso, cooperando con la intimidación de las víctimas, por el sólo hecho de proporcionar personal a su cargo, el cual reviste el carácter de autoridad estatal, y que como estaba cumpliendo deber como funcionario público se encontraba armado, facilitando que el prostíbulo funcione. Es decir, la propia autoridad, que debe prevenir y reprimir -en su caso- el delito, estaría formando parte en la organización que lo genera”.
En un informe -según el fallo judicial- emitido por el Comisario de la Primera de Esquina, sobre el libro de novedades de la unidad que estaba a su cargo, del día sábado 18 de mayo de 2013 en curso, y la nómina del personal que cumplía servicio adicional en diversos locales, los días 17 al 19 de mayo, se encontraba la “Whiskería” donde se cubría el servicio los viernes y sábados y en algunas oportunidades, jueves y/o feriados. Asimismo, se informó que quienes debían realizar la tarea serían el sargento ayudante Oscar Rivero (por el día 17/05/2013), y el cabo 1º Andrés Quintana (por el sábado 18/05/2013, a partir de las 23).
LOS OTROS INVOLUCRADOS
En el marco de la causa ya hay otras cinco personas procesadas. Se trata de Irma Celina Benítez, de 57 años, alias “Mari”, encargada de administrar la whiskería; Miguel Ángel Obaid, de 51 años, dueño del local; Leandro Fabián Quintana, que oficiaba de barman; el policía Andrés Javier Quintana, que estaba prestando servicio adicional; y Raúl Horacio Igoa (hijo de “Mari”). Benítez y Obaid fueron procesados con prisión preventiva como coautores de “trata de personas, bajo las modalidades de captación, transporte, acogimiento y recepción, con fines de explotación sexual agravado por el medio comisivo de aprovechamiento de la situación de vulnerabilidad de las víctimas, la pluralidad de sujetos pasivos afectados y la participación en el hecho de más de tres personas, a lo que se suma la consumación del ilícito, en concurso ideal con la explotación económica del ejercicio de la prostitución ajena, agravado por mediar abuso de la situación de vulnerabilidad de las mismas; en concurso ideal con el delito de sostenimiento, administración y regenteo ostensible de una casa de tolerancia”, delito que prevé una pena de entre 4 y 15 años de prisión.
Leandro Fabián Quintana (barman), fue procesado como partícipe necesario. En cuanto al policía Quintana, de 35 años, y Raúl Igoa, de 40, fueron señalados como partícipes secundarios. Mari Benítez, oriunda de Machagay (Chaco), está detenida en el instituto Pelletier de Corrientes, y Miguel Obaid, oriundo de Paraná (Entre Ríos), está alojado en el escuadrón 48 de la Gendarmería.
El origen de la investigación y testimoniales
A fines de mayo pasado, la Gendarmería Nacional concretó un allanamiento en la whiskería ubicada en el acceso norte a la ciudad de Esquina. Allí detuvieron a Benítez, a Quintana (el barman) y al policía que estaba prestando servicio adicional. Se secuestraron aparatos de telefonía celular, computadoras personales, documentaciones varias con anotaciones, pasajes de ómnibus, libretas sanitarias y exámenes médicos de algunas mujeres que trabajaban allí, medicamentos, profilácticos y dinero de diversos valores, de curso legal en Argentina, y moneda extranjera (dólares y reales). Días después se presentaron espontáneamente a la Justicia, Igoa y Obaid.
En la declaración indagatoria, el policía, Andrés Javier Quintana, manifestó que cumplía servicio adicional de vigilancia policial, según le notificaban en la propia comisaría, e iba rotando con otros agentes, en distintos lugares, sólo los fines de semana, en turnos de 11.30 de la noche a 5 de la mañana. Por ese servicio le pagaban como contraprestación unos $200, establecido por la comisaría, y a él le había tocado hacer el adicional en la whiskería, lugar en el que fue detenido el 19 de mayo “por casualidad”. Contó que generalmente se apostaban afuera del local para hacer vigilancia, y si le avisaban de algún problema, debía notificarlo a la comisaría.
En cuanto a las víctimas, la primera en declarar ante la Justicia fue una chica oriunda de Mercedes, de 29 años, mamá soltera de dos menores -de 8 y 10 años-, quien sufrió situaciones de violencia intrafamiliar con su ex pareja. La mujer contó que, como no tenía trabajo, se acercó al local de “Mari”. Dijo que ésta le ofreció que se quedase a “probar”, que no le puso ninguna condición, y que “se quedaba con el treinta por ciento de cada visita”.
Otro testimonio fue el de una mujer de origen dominicano, de 47 años. Contó que trabajaba en la whiskería para enviar dinero a sus tres hijos menores que viven en la República Dominicana. Otra mujer, de la misma nacionalidad, declaró que antes trabajaba en Córdoba, en el rubro de turismo, y que al subir el dólar perdió el trabajo. Dijo que cuando comenzó a trabajar en la whiskería “hacía copas y cobraba por eso”/ActualidadEsquina.
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