
GUERRA EN SIRIA. LA NUEVA CAJA NEGRA DE LA POLÍTICA INTERNACIONAL
16.05.2013 20:30 DAMASCO, SIRIA
Juan Francisco Coloane
Las batallas en la periferia de una de las ciudades más antiguas del orbe, son también batallas contra el tiempo en cuanto a las intensas negociaciones que se llevan a cabo en las ciudades de las grandes potencias. Estas negociaciones también se llevan a cabo en los países afectados e involucrados directamente en una guerra inventada especialmente para derribar un gobierno.
Un organismo que ha contribuido a formar esta “caja negra”, es la Organización de Naciones Unidas. Digamos en beneficio de la legendaria ONU, (formé parte de su estructura de terreno por 25 años), que el organismo ha estado condicionado como nunca antes desde el comienzo de la guerra fría, digamos guerra en Corea. Los funcionarios contactados formalmente forman parte de una caja negra inescrutable. Cuando se les pregunta, se ponen tensos y derivan a la WEB. No hablan del terrorismo. La palabra aplicada a la situación en Siria no existe en el vocabulario, excepto algunas pinceladas de la posibilidad de Al Nusra, algunas explosiones.
En el concepto matriz, el terrorismo no es protagónico y hablan solo de guerra civil. Allí está la clave del error y del terror. Tampoco pueden referirse al bombardeo israelí y cuando se les consulta sobre la intervención humanitaria, todo está en la WEB.
La ONU es WEB. Como nunca antes en el período de la guerra fría, se ha visto a un organismo de tamaño calibre y gravitación funcionar en clave política y con un grado de centralización nunca visto. Siendo testigo directo de guerras y desestabilizaciones en Afganistán, Sudán, Mozambique, Angola, Bangladesh en las décadas de 1979 y 1980, los organismos de Naciones Unidas ejercían alta selectividad en entregar información y hasta un funcional secretismo. Sin embargo aún eran sistemas abiertos, había margen.
Con el tema Siria la ONU opera como si tuviera el efecto paralizante en la doble tensión. Deben satisfacer los dos lados, gobierno y oposición en una guerra. Y aquí reside el problema mayor de este pliegue desconocido. La acción de la ONU al final se neutraliza y en la neutralización favorece a los opositores armados y no contribuyen a la estabilidad del estado. Al final termina favoreciendo el plan del derrocamiento del gobierno y destrucción de un estado.
No es que en las guerras en Angola, Mozambique y Sudan no haya habido un fenómeno similar al de Siria, en eso de una ONU “obligada a apoyar a los dos bandos” para preservar el principio de neutralidad. Con todo, el principio rector de la ONU consistía finalmente en la estabilidad del estado para no exacerbar la situación humanitaria.
Un ejemplo fueron las dos administraciones de Ronald de Reagan en la década de 1980. Financiaban a la RENAMO en Mozambique, a UNITAS en Angola y al SPLA en el sur del Sudan. Sin embargo al mismo tiempo apoyaba a la estabilidad del estado. Eran como los códigos más racionales de la guerra fría. Donde lo velado podría abrirse y lo abierto se podía hacer veladamente. Eran guerras igualmente bárbaras aunque en sistemas más abiertos y la ONU participaba con éstos códigos con mayor eficiencia, porque durante la guerra fría había el contrapeso de la URSS a la supremacía Transatlántica total.
Ahora no. La guerra en Siria es sórdida y cerrada en el aspecto de la información pública. Tiene cientos de pliegues ignotos y que seguirán ignotos porque somos todos responsables en no empeñarnos lo suficiente por abrirlos.
Esto se debe al componente terrorista de esta guerra que la ha dominado desde el principio. Los pliegues desconocidos de esta guerra se obtienen en testimonios individuales y experiencias de no más de 10 agencias no gubernamentales y grupos de entrevistados que uno va formando con un plan mínimo y contando con al azar.
Esta intervención es necesario abordarla como la agresión a nivel global a un modelo socioeconómico – en este caso el Sirio- concebido con razonable distancia de los principios que rigen el modelo actual de globalización. Siria pudo desarrollar y mantener un circuito manufacturero propio con una mezcla de inversión extranjera y local con un dinámico sector privado que resaltaba como ejemplo para el resto de la región. La intervención extranjera es una ofensiva contra un modelo alternativo de desarrollo respecto a la aplicación a ultranza del modelo neoliberal.
Desde el enfoque convencional de la teoría del poder en clave de supremacía, el análisis del conflicto inventado para afectar al estado Sirio, está al borde del jaque mate. Si el presidente Barack Obama y su equipo aborda las futuras negociaciones con Rusia con la idea de que Basher el Assad abandone el gobierno, es escoger la continuidad del conflicto armado. Sería el estímulo más contundente hasta la fecha para fomentar el terrorismo y persistir con el error político que lleva más de dos años. Un error en política internacional de 100.000 muertos y varios millones de afectados.
Los restos de las explosiones de bombardeo del 5 de mayo indican la presencia de uranio empobrecido a pocos grados de ser clasificado como ataque nuclear de impacto limitado. Este ataque Israelí y la constatación de que el plan de derribar al gobierno no prospera, ha cambiado la óptica sobre el conflicto, especialmente de quiénes han apoyado este plan armado desde las primeras manifestaciones pacíficas. Cualquier fórmula de negociación que derive en la continuidad de la guerra y una pacificación sin el presidente Basher el Assad, es continuar con la caja negra.
Juan Francisco Coloane es Analista Internacional. Miembro de la delegación de periodistas reporteando desde Siria; 4-11 de mayo. Misión organizada por la Unión Sirio Venezolano, liderada por Naím Chabouk.
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