SE CUMPLE 10 AÑOS DEL SECUESTRO Y DESAPARICIÓN DE CRISTIAN SCHAERER

21.09.2013                 16:00           CORRIENTES
 

Pasó una década. Christian Schaerer fue raptado un 21 de septiembre de 2003. De su paradero no se sabe nada hasta el momento, aunque su madre Pompeya Gómez se aferra a la esperanza de encontrarlo con vida y poder darle un abrazo.

Este caso emblemático regional ya tiene siete personas condenadas por secuestro y dos fueron los juicios realizados para llevar adelante una investigación que todavía tiene un final abierto, ya que los líderes de la banda, “El Ruso” Lorhman y José “Potrillo” Maidana siguen prófugos.

“Yo siempre tengo esperanzas de encontrar a Cristian. También tengo altibajos, soy una madre que vive de duelo, perder un hijo es una sensación que no se la deseo a nadie. Pero también creo en la justicia divina, soy muy religiosa, creo en Dios y rezo mucho. Y a veces él me da señales para que siga creyendo, como lo que pasó hace poco, de esas mujeres que estuvieron secuestradas 10 años y las encontraron. Ver eso me da esperanzas”, narró Pompeya a varios medios que la consultaron acerca de esta pesadilla familiar.

Pensar que Cristian está vivo y que no ha muerto como declararon algunos testigos a lo largo de los juicios realizados es la base fundamental de Pompeya para sostener que su hijo vive, que se encuentra en algún lado y quizás no recuerda como volver. “De eso vivo, de la esperanza de encontrar a mi hijo. Sé que hay posibilidades de que esté muerto, no lo niego, pero vi ya tantos cadáveres en tantos estados, algunos calcinados, fui a tantas morgues, a tantos cementerios, estuve en tantas excavaciones, y no encontramos nada”, remarca en medio de su dolor.

“Participé de los dos juicios, hablé con los secuestradores, unos y otros incomunicados entre sí, y ellos coinciden en que a Cristian se lo llevó Lohrman”, agrega.

Como graficando la dimensión de lo que lleva a cuestas, Pompeya sostuvo que “en julio pasado mi hijo cumplió 31 años. Hace diez que no lo veo, pero no pierdo la fe y la esperanza de poder verlo y abrazarlo. Ese es mi mayor anhelo”.

El joven estudiante correntino fue secuestrado un domingo 21 de septiembre de 2003, en la puerta de su vivienda ubicada en el barrio Las Tejas de esta capital. Por su rescate se pagó en noviembre de ese mismo año la suma de 273 mil dólares, aunque los secuestradores nunca liberaron a Christian.

“Si alguien sabe que Cristian está muerto y dónde puede estar su cuerpo, porque no cobran la recompensa de 100 mil dólares y dice dónde está”, se pregunta Pompeya.

Finalmente la madre del joven reflexionó “Siempre rezo para que se ablande el corazón de los que se lo llevaron y de los que saben dónde está, para que lo digan. Y lucho para que la gente no se olvide de Cristian y de su cara”/Norte.